Las amalgamas dentales o empastes de plata han estado utilizadas durante más de 160 años en las consultas odontológicas por ser un material durable y económico. Pero, la verdad, es que estos empastes poco estéticos son una bomba de relojería en material altamente tóxico. Están compuestas de un 50 % de mercurio (Hg) y de otros metales como la plata (Ag), el estaño (Sn), el cobre (Cu) y el cinc (Zn).